Y aprendí que probablemente el amor no dura para siempre, que el querer no lo es todo, y que como decía aquel libro, amar es entender también el rechazo, entender que te van a hacer daño, que vas a sufrir, que vas a llorar. También aprendí que las promesas, que las promesas no tienen ningún sentido cuando hablamos de ti, que las segundas partes nunca fueron buenas y aprendí a sentir, aunque ahora diera todo por no hacerlo. Y ahora me toca aprender algo quizás más duro, y es aprender a vivir sin ti.
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